lunes, 27 de octubre de 2008

Algunas reflexiones político - contingentes de la autoproclamada Reyna del Under:

EL LADO B DE LOS 80

por eli neira


¿Se han fijado que la tendencia tan en boga por estos días de recordar los 80, omite, en la mayoría de los casos, un detalle nada menor de la época, y es el hecho ya por nadie cuestionable de que durante los 80, en este país vivíamos una dictadura militar, con todo lo que eso implica. Es decir, que además de la irrupción del pop, el rock latino y otros fenómenos digamos del orden estético artístico mediático, sobre los cuáles se ha basado hasta el momento la revisión, en el territorio nacional, durante la década de los 80, se libraba una contienda no por silenciosa menos cruda y una buena parte de la población vivía una pesadilla horrorosa.¿Cómo recordar a Madonna con sus peinados raros, sus chiches baratos colgando de todos lados y a las clones locales que se multiplicaban como bacterias así en las poblaciones como en el barrio alto y olvidarse de los cortes de luz tan recurrentes en la noche santiaguina ochentera?
¿Cómo recordar Flash Dance cuya coreografía replicábamos torpes pero entusiastas, con mis compañeras de la básica y olvidar que a veces en la mañana cuando mi papa me iba a dejar al colegio que quedaba en la Gran Avenida, en la citroneta amarilla, cruzando la Legua, no era raro ver un muerto atravesado en la cuneta, y había que hacerle quite a las fogatas todavía prendidas, sortear los restos de la guerra misteriosa que ocurria durante las noches en las poblaciones de Santiago, donde se hizo la resistencia.
O cómo recordar las poleras mary claire tan rosadas y celestes de mi hermana y olvidar el día que ella apareció con una de sus poleras color pastel, en la portada de un diario capitalino, piedra en mano, en una protesta en medicina en la Chile, cosa que tenia estrictamente prohibido. Imposible olvidar el quilombo que se armo en la casa después una vez que detalada.
Señores me parece un poco irresponsable pretender hacer un recuento de una época manchada de sangre y omitir justamente eso, el eje sobre el cual giraron y giran hoy todos los demás significantes. Los 80 en Chile no sólo fueron raros peinados nuevos y programas decadentes de televisión, los primeros punks, y new wave, las primeras revistas de cómic y un reventón que marcó el despertar de una nueva conciencia. También fue un periodo oscuro, oscurísimo, si no el más oscuro de nuestra historia. Me pregunto cómo se puede ser nostálgico de una parte de la historia sin pretender un entendimiento sobra la otra, la que le dio origen. Si los 80 fueron intensos, fue justamente porque vivíamos zamarreados por una constante, cotidiana e inconmensurable violencia. Señores, hubo mucha gente que dio la vida para que llegara la democracia a este país y también hubo gente que murió tratando de defender lo contrario.
En lo personal lo que más recuerdo de entonces es que todo tenía sentido, salir a la calle, organizarse, ir a las marchas, a las fiestas en toque de queda, escuchar a los prisioneros en cintas que eran un asco de lo carreteadas que estaban, escuchar Victor Jara, Silvio Rodríguez, Congreso, Inti Illimani, Los Jaivas, La Violeta en casas que no eran la mía, siempre donde los papas de alguna amiga, ex sindicalistas, exiliados que regresaban con las primeras oleadas de gente a la que se le permitió volver al país. Escuchar esa música era un acto que estaba revestido de compromiso y peligro. Eran himnos rojos y algún vecino podía sapear. La delación se practicó asiduamente durante los 80. Eso también es algo difícil de olvidar. En los 80 vivíamos en un constante estado de miedo. Había secretos por todos lados. Todas las familias escondían algo. Incluso se rumoreaba que las monjitas de mi colegio, tan pacatas y castradoras, por esos años, escondieron y ayudaron gente, tal y como ocurrió en muchas capillas (de las poblaciones sobre todo), los llamados curitas rojos, muchos de los cuáles cayeron acribillados por los milicos. Eso lo recuerdo también.
A fines de los 80 el miedo derivó en euforia. El plebiscito y todo lo que le antecedió, nos mostró a todos que éramos muchos. Ni nosotros sabíamos que éramos tantos los que queríamos que pinocho se fuera de una puta jodida vez, los que odiábamos al viejo por sobre todas las cosas, el viejo rechuchasumare y todo lo que él representaba, la derecha, el conservadurismo, el capitalismo, y todo ese orden impuesto a culatadas.
Nuestro romanticismo adolescente llegó al máximum de su éxtasis cuando finalmente ganó el NO y el viejo hizo como que entregaba el poder. Creímos en eso y en muchas otras cosas durante aquellos felices días. Muchos creímos, todos creímos que las cosas cambiarían al fin. Que lo que a Allende no lo dejaron hacer finalmente se haría, de alguna manera, democrática y moderna pero con igualdad, porque habíamos ganado, porque eso nos dijeron. Y no fue así. No fue asi.
¡Quien no recuerda el espíritu de carnaval que trajo el No! Había gente que lloraba, que se abrazaba, y salía a la calle con pósters de Allende que habían sobrevivido a los allanamientos, gente humilde, gente que sería engañada una vez más.
Luego vino la desilusión, la indolencia generalizada, las trampas, las máscaras que caen, y ya estoy hablando de los 90 y de la traición. Porque sepan ustedes que tengo una teoría y es que somos una tierra de traidores, Pinochet traicionó a Allende, luego la concertación traicionó en no pocas ocasiones al pueblo que hizo posible con sus piedras, con sus muertos, con su resistencia, la llegada al poder del conglomerado y hoy por hoy, con la brújula mas perdida que el teniente bello, famélico, empobrecido, embrutecido a fuerza de ignorancia y caca mediática, el pueblo se traiciona si mismo, todos los días, porque no hay otra salida, porque como dejaron las cosas sólo se sobrevive si te conviertes en un cerdo o un tiburón. Y luego por la tele la vieja se queja de la delincuencia, todos pregonan contra el flagelo de la delincuencia como si no fuera el mismísimo sistema de acumulación y abusos, el que fabrica margen y delincuencia al mismo ritmo y proporción que fabrica chatarra.
Tengo otra teoría y es que somos una raza de gente o muy heroica o muy cobarde, porque el que tiene la necesidad de traicionar lo hace por miedo. El clásico “si puedo, te cago, tan local, tan identitario”, contaminando todas nuestras relaciones, llenando de caca todos los jardines, el del vecino y el nuestro, es puro y duro miedo, como el miedo que tuvimos todos en los 80, el miedo apretando nuestra musculatura facial, cubriendo como una delgada capa de ceniza todos los muebles de todas las casas, en todos los barrios de todo el país.
Por eso digo que excluir la omnipresencia, la marca de terror y sangre que nos dejó el gobierno militar en todos los aspectos de nuestra vida por aquellos locos años 80, me parece, vaya paradoja, muy pinochetista.
Señores si van a hablar de un periodo histórico que involucra una estado de guerra como el que vivimos acá, no pueden ustedes sino hacerse medianamente cargo de lo que implica semejante tarea porque hay mucho dolor en mucha gente aun.
Me parece que hacerse el sueco como ha estado ocurriendo en estos recuentos de los 80 tan de moda por estos días, y que al parecer sólo tienen por finalidad lucrar con una nostalgia de verdad y de compromiso; No decir nada de las desapariciones, la persecutoria, la perdida paulatina de los derechos de los trabajadores, la imposición violenta de un nuevo modelo económico; no mencionar siquiera lo que nos tocó a todos de múltiples maneras, estuviéramos en el lugar que estuviéramos porque la violencia siempre es extensiva. (Eso también lo aprendimos en los 80). Omitir eso, me parece una falta de espeto para toda la gente que lo paso como el hoyo en esos años, gente que fue torturada, perseguida, que no pudo seguir estudiando, que fue obligada a desterrarse, gente presa, familias separadas, vidas quebradas, destruidas por la violencia de estado. Me atrevo a mas y digo que omitir eso es inmoral señores, infinitamente mas inmoral que mis tetitas al sol y además es enfermo, le hace mal al inconsciente colectivo de este país. ¡Sicología básica coño!!!
*Si quieres leer más a la Eli Neira visita http://elizabethneira.blogspot.com/

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