jueves, 2 de octubre de 2008

Rompiendo el género

¿Qué es el Género?

Cuando hablamos de género, hablamos de construcción social, o sea, una realidad creada a partir de una estructura, difundida, que luego con la interacción entre las personas se desarrolla como si fuera natural. Por ejemplo, el estereotipo de belleza física es una construcción social, porque si nos dicen “una mina rica” no se nos ocurriría pensar que es gorda o peluda, puesto que es difundido por todos los medios de comunicación que las minas ricas se acercan a las medidas de una barbi (reflejo de una cultura completamente machista).

El género es el resultado de la transformación, proveniente de sistemas culturales, religiosos, históricos, ideológicos y económicos, del sexo biológico, en un conjunto de roles que rigen las relaciones humanas estableciendo pautas de comportamiento que dependen de si se nace con vagina o pene. Esto significa que tareas, formas de ser, pensar y sentir, los hábitos que tenemos, entre muchas otras cosas, son inculcados por la sociedad desde que somos guaguas hasta que las asumimos como naturales, es por esto que, por ejemplo, se tiene la visión de que por naturaleza, la mujer es más romántica y el hombre es más caliente. Que exista una mujer romántica o un hombre calentón no deja de ser cierto, quizás en personas particulares, pero esto no significa que todas las que tenemos vagina seamos amantes de las flores y queramos esperar a enamorarnos perdidamente para tirar, ni que todos los que tienen pene andan todo el día pensando en sexo. Si existen algunos(as) que mantienen comportamientos que concuerdan con lo que el genero impone, por ejemplo, “las mujeres son románticas”, no es porque tenga
n un gen de mujer, sino porque se les ha enseñado a pensar y a sentir de esa forma. Hay gente que en muchos casos, no tiene problema con encajar en el patrón de género, muchas normas las cumplen cómodamente porque estas normas se ajustan a lo que ellas (os) sienten que tienen que hacer; pero en gran cantidad de casos (y no en minorías como se suele pensar) muchos (as) no queremos encajar con este patrón porque se opone a lo que sentimos, es cuestión de pensar lo que significa para un hombre que siente atracción sexual y emocional hacia otro hombre, la exigencia social de que le gusten las mujeres.

Según el patrón de género existe una diferencia entre mujeres y hombres, y esa diferencia produce una dominación del hombre hacia la mujer, esto lo vemos a nivel social, o sea traspasa las relaciones individuales y particulares; esta relación de dominación se respalda en un sistema: el patriarcado.

Y a quién le sirve el género…
Hablamos de que es un sistema el que promueve esta información, y tiene arraigos, por un lado, en la religión. Si pensamos en el mundo occidental, la iglesia católica se ha encargado de difundir una visión de lo que debería ser el género y la sexualidad, muchos de sus criterios de género se han masificado y han sido ratificados por las mismas personas. La postura de la iglesia parte de que la mujer y el hombre fueron creados a imagen y semejanza de dios, y que el deber de estos en la vida para con su sexualidad es la reproducción y manifestación de amor entre un hombre y una mujer, lo que implica que deben inculcarle a sus hijos (as) los mismos valores católicos en torno a la sexualidad: la virginidad, la heteronormatividad (imposición de relaciones sexuales y amorosas entre hombres y mujeres exclusivamente, descartando las relaciones homosexuales), etc. Así, se descarta la sexualidad como fuente de placer, porque siempre debe estar ligada a tener más guaguas y “entregarse en un acto de amor”, lo cual todas(os) sabemos que esta muy lejos de la realidad; en esto se incluye la masturbación, catalogada por esta institución como un desorden en el comportamiento sexual, y no como una actividad completamente sana y natural. Vemos cómo las mujeres, según la iglesia, deben apegarse a su rol reproductor, mostrándolas como madres y esposas en lugar de existir en función de ellas mismas y sus propias decisiones; así, vemos una mujer pura y casta, no una mujer que siente placer, se excita y ama los orgasmos, eso para dios sería un pecado. Creemos que esta imagen de dios como un ente represor y castigador de las voluntades personales que la iglesia católica se encargo de propagar, es una estrategia para mantener el “orden” y la dominación de los(as) que tienen poder, porque si todas (os) funcionáramos a favor de lo que sentimos, creemos y pensamos, se les caería este modelo armado en favor de unos pocos, porque ese modelito se alimenta de todos (as) nosotros (as), la moral la crean unos cuantos, no es algo natural, no es algo sobrehumano, no es algo divino, es algo construido con un objetivo.
La dominación de clase y de género tienen puntos de unión. Así como el patrón (a) explota al trabajador(a), el hombre domina a la mujer. El sistema capitalista y el sistema patriarcal actúan en conjunto, son solidarios entre sí. Antes de la integración de la mujer al mundo laboral, para el capitalismo las mujeres eran mano de obra gratis ya que se ocupaban de todo el trabajo que permitía la subsistencia y reproducción de la clase obrera sin ser remuneradas (todo el trabajo doméstico como hacer la comida, lavar la ropa, etc., para que el obrero pudiera sobrevivir, además de cuidar a las(os) hijas(os) que a futuro seguirían perpetuando el mismo orden); con la integración de la mujer al mundo del trabajo, igual no más les sigue siendo útil el modelo de mujer moldeado a través de la figura de la dueña de casa, porque independiente de que muchas mujeres trabajen, sigue presente en ellas esa idea de estar a disposición de otros. Por otro lado, el género nos hace ver como el sexo debil, lo cual hace que en las pegas nos paguen menos y solo servimos para ciertas tareas, además de salir más caras para este sistema, debido al papel reproductor que se nos asigna. Colgamos nuestras vidas a la disposición de otros(as).
Otra relación entre patriarcado y capitalismo se ve en la heteronormatividad y la familia nuclear (papá, mamá e hijos (as)) como base de la sociedad: ¿qué pasaría si las parejas homosexuales se propagan a tal nivel que baje la tasa de natalidad y las parejas heterosexuales decidieran no tener hijos(as)? El capitalismo necesita mano de obra en exceso para poder explotar a los(as) trabajadores(as) a su antojo, de modo que si hay inconformidad con las condiciones laborales que se ofrecen “afuera hay 1000 más dispuestos(as) a aceptarlas” y si bajara la natalidad esta situación tan cómoda para los capitalistas se vería amenazada.
Con esto hacemos un llamado a la conciencia de género y de clase, como dos cosas que hacen que nos opriman y que van de la mano en muchos casos, hay que decir que hay mujeres que solo viven una opresión desde el género, y no desde la clase, porque existen muchas que nos explotan igual que los hombres, que se llenan los bolsillos con el trabajo y la pobreza de otras (os). Muchas personas pensaron que la llegada de Bachelet al gobierno iba a producir cambios en el papel que tiene la mujer, pero vemos que Bachelet esta a favor de un modelo excluyente, que es el neoliberal, y al mantener este sistema sigue perpetuando las opresiones tanto de clase como de género, sigue permitiendo que instituciones como la iglesia se metan en las decisiones de la mujer, sigue reprimiendo a la gente que reclama sus derechos en las calles, permitió que se prohibiera la píldora, sigue otorgándole privilegios a unos pocos, no cambia nada, no serian diferentes las cosas si el presidente fuera hombre.
Siempre se ha pensado clase y genero como temas aparte, pero vemos que son dos problemas funcionales entre si, que se prestan ropa para mantenerse, y que por lo mismo hay que luchar contra la dominación, contra el poder, no sólo contra una forma de opresión.
El género excluye, oprime, mata los deseos personales, anula la capacidad de decisión, deseamos ser libres, no que nos digan desde cabras(os) chicas (os) como debemos ser. No estamos enfermas porque seamos mujeres y nos guste otra mujer, no soy desviada si me siento mujer y tengo pene, no soy amargada por reclamar que no es justa mi posición en esta sociedad y que tengo las mismas capacidades que un hombre. Todos estos adjetivos como amargada, desviada, enferma, y muchos más, van al lado de estas situaciones erradamente, porque no existe un orden natural de las relaciones humanas, estas relaciones se van construyendo según las necesidades de cada cual. Por esto exigimos un espacio real en la sociedad, no migajas, ni cuadras alejadas del mundo muy bien normado.

Para vivir sin amarras hay que vivir sin poder, y el género es una forma de poder, por eso hay que deshacerlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

genial el blog

saludos!!

"Estar a favor del aborto, no es estar a favor de la vida, es estar a favor de los abortos clandestinos"

Evoilution 666 dijo...

se han dado cuenta de que los animales no tienen establecidas diferencias de genero?...entonces de que estamos hablando, de algo natural o de un mero capricho social?.